
Como si la elección del domingo quedara en el pleistoceno, el mercado argentino volvió a meterse en una nebulosa. Salieron malos datos sobre la evolución económica. La tasa de EE.UU. sube y arrastra capitales. Y la guerra gremial del helicóptero volvió a prender motores. Con eso, a contramano de lo dicho por Milei, los dólares oficiales se alejan del piso de la banda. El BCRA pierde más reservas. Y las acciones y los bonos vuelven a perder valor.