¿Qué nos dicen las importaciones argentinas sobre el rumbo económico del país en 2025?

Si uno mira con atención la estructura de lo que Argentina importa, puede identificar señales claras sobre inversión, producción, consumo y hasta sobre las expectativas del futuro.

ECONOMIA27/06/2025
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Las estadísticas de importaciones muchas veces parecen frías o técnicas, pero en realidad cuentan una historia sobre cómo se mueve la economía. Si uno mira con atención la estructura de lo que Argentina importa, puede identificar señales claras sobre inversión, producción, consumo y hasta sobre las expectativas del futuro. El año 2025 (periodo enero / mayo), ofrece algunas pistas interesantes.

Fuente: Elaboración propia en base a INDEC, ICA. (2025*: periodo enero / mayo.

Un año con foco en la inversión
Una de las novedades más relevantes para este 2025 es el peso relativo en las importaciones de bienes de capital y de piezas y accesorios para esos bienes. En conjunto, representan más del 41% del total importado. No es un dato menor: cuando se compran máquinas, equipos o partes para producir, no es para usar mañana, sino porque se está apostando a crecer. Esto podría estar indicando que muchos sectores están planificando expandirse, modernizarse o ganar eficiencia.

Este repunte contrasta con los años anteriores y se interpreta como una posible señal de confianza en una mayor estabilidad económica o en un entorno más propicio para la inversión productiva.

Bienes intermedios: ¿eficiencia o alerta?
Distinto es el panorama con los bienes intermedios, que históricamente lideraron el ranking de importaciones argentinas por ser insumos fundamentales para la industria. En 2025, su participación caería al 31%, el valor más bajo en al menos una década.

Este dato puede interpretarse de distintas maneras. Por un lado, podría haber una mayor integración local de cadenas de valor o un uso más eficiente de los insumos. Pero también podría reflejar algo menos positivo: menor dinamismo en sectores industriales que dependen de estos insumos, o simplemente una caída en la producción. En este punto, más que certezas, lo que hay son señales que invitan a mirar con lupa la evolución sectorial.

Energía: menos importación por autosuficiencia
Otro dato interesante es la baja participación de combustibles y lubricantes, que se mantienen en niveles bajos desde 2023. Puede que la explicación esté en una mayor producción local de energía y su autosuficiencia, con Vaca Muerta como gran protagonista.

Consumo que se recupera
Las importaciones de bienes de consumo siguen subiendo y, en 2025, alcanzarían su mayor participación de los últimos 15 años. Esto puede interpretarse como una señal de que el poder adquisitivo medido en dólares mejora, que las restricciones a la importación se flexibilizan o que simplemente hay más espacio para la competencia de productos extranjeros en las góndolas.

¿Y los autos?
La importación de vehículos de pasajeros muestra una leve pero sostenida recuperación. En 2025 se proyecta una participación del 6%, por encima del piso alcanzado en 2022, aunque aún lejos de los niveles más altos de 2013 o 2017. Este repunte parece estar vinculado a una mejora en el mercado interno.

En resumen
Las proyecciones para 2025 muestran una reconfiguración en la estructura de las importaciones argentinas: crecen las compras de bienes de capital y sus partes —señal de inversión productiva en marcha— y también los bienes de consumo, lo que sugiere una mejora en la demanda interna. 

Este aparente giro hacia la inversión y el consumo está fuertemente condicionado por la disponibilidad de divisas. Lo que hoy insinúan los datos deberá traducirse en producción real, empleo y competitividad para que la recuperación se sostenga más allá.

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