Koko Bao Bar: el crecimiento de un negocio taiwanés adaptado al paladar argentino

Desde Palermo hasta los shoppings, Koko Bao Bar logró consolidarse ofreciendo baos rellenos con una propuesta que combina autenticidad y creatividad,

NEGOCIOS19/12/2024
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En un escenario gastronómico que enfrentó importantes desafíos en los últimos años, Koko Bao Bar emerge como un ejemplo de adaptación y crecimiento. Fundado en 2017 en un pequeño local de Palermo, este emprendimiento nació con un concepto innovador: popularizar los baos rellenos al estilo taiwanés, una especialidad poco conocida en Argentina por aquel entonces. Hoy, con tres sucursales y un modelo de franquicias en pleno desarrollo, Koko Bao Bar representa una apuesta exitosa en el competitivo mundo de la gastronomía.

Actualmente, Koko Bao Bar cuenta con tres locales: su icónica sede en Palermo, un espacio en el Paseo La Plaza y su primera franquicia en el DOT Baires Shopping. "El balance del 2024 lo cerramos con una caída bastante diferencial respecto del año pasado. Sin embargo, trabajamos de manera rigurosa en el control de gastos para seguir siendo competitivos y no aumentar precios en los últimos meses", explica María Denise Siciliano, socia gerente de la marca. Este enfoque permitió que Koko Bao Bar no solo sostuviera su operación sino que también proyecta un 2025 con nuevas aperturas: un local propio y dos franquicias más.

El corazón de la propuesta de Koko Bao Bar son los baos, panes al vapor originarios de Taiwán que se distinguen por su textura esponjosa y sabor neutro. Elaborados artesanalmente con un proceso de cuatro etapas de leudado, sus baos destacan por su tamaño y rellenos generosos. "Nuestro bao taiwanés de panceta laqueada con salsa hoisin, kimchi y cilantro es un clásico, pero también hemos desarrollado sabores de autor adaptados al paladar local, como el de roast beef braseado en cinco especias", detalla Siciliano.
La carta también incluye dumplings, spring rolls y opciones vegetarianas a base de tofu y hongos, acompañados de mocktails, cocktails y cervezas artesanales. Cada local ofrece una experiencia única, con una estética inspirada en los "diners" norteamericanos y elementos asiáticos, creando un espacio ideal para compartir en familia o con amigos.
La idea de franquiciar surgió durante la pandemia, cuando el servicio de delivery permitió identificar la alta demanda de su producto en diferentes barrios. "Queremos llegar a la mayor cantidad de lugares posibles. Acompañamos al franquiciado en todo momento para asegurarnos del éxito del proyecto", afirma Siciliano. Este modelo incluye opciones llave en mano con una inversión inicial desde u$s85.000 y un tiempo estimado de recupero a partir de los 12 meses, dependiendo de la ubicación y gestión del local.

"Trabajamos con dos modelos posibles: llave en mano o sin esta opción. Lo ideal es encontrar un espacio de al menos 80 m2, que cuente con seis empleados para operar eficientemente", agrega Siciliano. En cuanto a la facturación, una franquicia promedio puede alcanzar los $500.000.000 anuales, asegurando un atractivo retorno de inversión.

El respaldo que brinda Koko Bao Bar incluye el knowhow adquirido en siete años de operación y una red logística optimizada. "Quien invierte en una franquicia se ahorra el tiempo de aprendizaje y tiene menores posibilidades de errar. Aseguramos el producto y su distribución, lo que garantiza un estándar de calidad constante", explica Siciliano. Por ahora, el foco está en barrios de CABA donde no tienen presencia y el primer cordón del conurbano bonaerense.

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Evolución

Desde su inversión inicial de u$s45.000 para el primer local, el crecimiento de Koko Bao Bar ha sido exponencial. "Nunca tuvimos que volver a inyectar dinero. Con muchos años de reinversión, logramos llegar hasta donde estamos hoy", asegura Siciliano. Actualmente, venden 2.500 baos por mes y proyectan duplicar esta cifra en 2025.

En este marco, la instalación de una planta productora fue clave para consolidar su modelo de franquicias. Este centro permite asegurar la calidad constante de los productos y optimizar la logística, facilitando la expansión sin comprometer los estándares.

En un sector tan desafiante como la gastronomía, Siciliano destaca la importancia de la pasión por el rubro. "No se trata solo de hacer negocios o generar dinero. Es un sector especial que requiere dedicación y amor por el servicio", comenta. Además, subraya que las franquicias son una oportunidad para quienes buscan incursionar en este mundo sin pasar por el largo proceso de aprendizaje. "Brindamos la posibilidad de hacer las cosas bien desde el principio, minimizando los errores."

Lo cierto, es que como muchos negocios en Argentina, Koko Bao Bar enfrentó las dificultades económicas del país. "La mayor dificultad fue adaptarnos a los diferentes momentos económicos. Esperamos que el próximo año nos permita trabajar con mayor estabilidad", reflexiona Siciliano. Con miras al futuro, la marca confía en su capacidad para seguir creciendo y llevando su propuesta gastronómica a nuevos rincones del país.

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