Si tu profesión no te transforma es porque no la estás ejerciendo

El desafío más grande es acompañar. Y estar te transforma, porque acompañar de verdad nunca es fácil.

NEGOCIOS06/10/2025
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Vivir es dejarse transformar. No hay otro camino.

Transformarse es aceptar que cada vínculo, cada encuentro, cada cliente y cada integrante de nuestro equipo nos atraviesa. Que la profesión que elegimos no es un traje rígido, sino un puente que nos conecta con el mundo.

Las escuelas intentan prepararnos: nos enseñan a leer el ambiente, a interpretar señales, a seguir líderes y convivir en grupo y a entrenar la mente para insertarnos en la universidad o en el mercado laboral. Y aun así, después de tantos años de escolarización, muchas veces seguimos desconectados: caminamos por la calle formando parte de la comunidad, pero atrapados en juicios y preconceptos. Acumulamos palabras y diagnósticos para señalar lo que está mal, pero nos cuesta transformar esa mirada en acción.

Vivimos en cápsulas. Construimos muros para no conectar. Porque conectar duele. Implica cuestionarnos, reconocernos imperfectos, soportar procesos propios y ajenos. Implica tolerar la diferencia.

Yo lo vivo todos los días, acompañando a mi familia, acompañando amigos, acompañando clientes.  Y no exagero: cada encuentro me transforma. ¿Cuántas veces nos enojamos cuando un amigo no sigue nuestro consejo? Es fácil enojarse, es difícil comprender que las luchas internas son más fuertes y llevan más tiempo. 

El día que recibo a un cliente, normalmente llega enojado consigo mismo, pero enfocado, decidido a trabajar en sus errores. Otro día, le gana la ansiedad, quiere apurar lo que necesita tiempo. Se frustra.  A veces se quiebra...Otro día irrumpe con entusiasmo porque algo salió bien y festejamos juntos. En ese proceso compartimos frustraciones, dolores, creencias, ideologías. No hay una línea recta: hay una batalla interna, una negociación consigo mismo que la persona libra en cada paso.

Y mi trabajo -nuestro trabajo- no es solo diagnosticar, planificar y comunicar. El desafío más grande es acompañar. Estar para la resistencia. Estar para el festejo. Estar para sentarse en el barro y sostener el proceso. Y estar te transforma, porque acompañar de verdad nunca es fácil. Por eso muchos se cierran: porque acompañar implica dejarse afectar. Es sentarse en el barro y no mirar desde afuera. 

Pero esa es la clave: elegir estar. Como madre, como secretaria, como recepcionista, como chef, como amigo, como esposo, como empresario u operario. Todos podemos decidir si nos comprometemos a sentir y dejarnos transformar, o si elegimos funcionar como máquinas que cumplen tareas sin permitir la emoción.

Es lo que nos vuelve únicos.

Es lo que nos permite crecer como comunidad. Sentite parte, está en tu ADN. Somos seres sociales. 

Si tu profesión no te transforma, entonces lo que estás haciendo no es ejercerla: es solo repetir un guión vacío.

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