La CGT debería parar con los paros porque su representatividad está cada vez más deteriorada

Tratando de mostrar su peso político, la CGT lo único que hace es alejarse más de la mayoría de los trabajadores, que son los informales, a los cuales sus huelgas le hacen mucho daño.

POLITICA11/04/2025
679a9df00ee6e__950x512


Tercer paro de la CGT al presidente javier Milei y cada vez menos gente acata el paro y más gente con bronca porque el paro les complica la vida para ir a trabajar. 

Todos los canales de televisión mandan a los noteros a hablar con comerciantes, gente que está en largas filas de colectivos fastidiada o caminando, revisando el celular, sin saber cómo volver a casa luego de una jornada laboral difícil con el transporte público reducido. 

No hay uno que diga: "Aguante la huelga de los compañeros de la CGT!"

Lo que pasa es que los muchachos de la CGT se quedaron en el pasado.

Era el año 2004, el país tenía más o menos 5 millones de trabajador asalariados formales entre el sector privado y los empleados públicos. En paralelo, había 4 millones de asalariados no registrados y unos 3 millones de cuentapropistas. Fíjese que ya había más informales (asalariados no registrados y cuentapropistas) que asalariados formales. 

El salario real en la Argentina estaba hundido por la crisis inflacionaria a raíz de la salida de la convertibilidad en el 2002. Pero China se estaba incorporando al comercio mundial y eso empujo fuerte los precios internacionales lo cual dibujó un escenario muy propicio para la Argentina. Salario real bajo con precios internacionales altos hizo que la economía creciera entre el 2004 y el 2012 a tasas del 7% anual y el empleo formal se multiplicara. 

Los 5 millones de asalariados formales del 2004 se convirtieron en 8,5 millones en el 2012. El salario real de estos trabajadores formales subió un 80%. Aumentó el empleo asalariado formal y el salario real. Argentina "Año Verde" (literal, porque era gracias al campo).

En el gobierno nacional estaba el Kirchnerismo que les devolvió a los sindicatos centrales de la CGT un lugar privilegiado en la esfera del poder político.

Fue la edad de oro de de la CGT comparable sólo con la Belle Époque del primer gobierno del Gran General entre 1946 y 1952.

Y vino la malaria
Bueno, lo que pasó después con la economía fue triste y con el mercado laboral dramático.

A partir del 2012 el PBI se estancó. Entre el 2012 y el 2024 el crecimiento total (sí, como lo está leyendo, en todo el período) fue del 0%. 

Los 8,5 millones de asalariados formales pasaron a ser 9,5 millones, sólo que el millón de aumento fueron prácticamente todos empleados públicos.

En cambio, los asalariados "en negro" y los cuentapropistas crecieron en 3 millones, pasando de 7 millones en el 2012 a 10 millones en el 2024. De este aumento, 1 millón están en el Monotributo y 2 millones son "negro puro". 

Estos 10 millones de trabajadores informales son los que más la reman en el mercado laboral. Son los que están en las filas de 50 metros del colectivo los días de huelga y le responden a los noteros de la televisión que, si no laburan, no cobran. 

Son los más perjudicados por las huelgas de la CGT.

Los de la CGT no son ingenuos y ya se habían dado cuenta que los trabajadores informales están siendo más que los formales. Por eso, durante el gobierno de Alberto Fernández la CGT le hizo un lugarcito a las organizaciones piqueteras (que se atribuían la representación de los informales) en el "Consejo Económico y Social".
Así, todos amuchados (patronales, CGT, CTA y las agrupaciones piqueteras) en una mesa en la Casa Rosada, tomando café, sacándose fotos para los diarios, en el "Consejo Económico y Social".

Mientras tanto, en la calle y en los canales de televisión había un muchacho, plebeyo para la clase política, que denunciaba que todo ese circo y la clase política en general eran una casta. Y los 10 millones de informales le creyeron; y lo votaron masivamente en las elecciones del 2023. 

El "Consejo Económico y Social" no existe más porque el plebeyo ahora es presidente. Las agrupaciones piqueteras están huérfanas porque el plebeyo les quitó los fondos públicos asistenciales con los que se financiaban.

La CGT no termina de convencerse de que los informales no se sienten representado por nadie. Por eso votaron al libertario. 


Tratando de mostrar su peso político, la CGT lo único que hace es alejarse más de la mayoría de los trabajadores, que son los informales, a los cuales sus huelgas le hacen mucho daño.

La CGT ni siquiera tiene la representación genuina de los trabajadores formales. No es que los 9,5 millones de asalariados formales los votaron a ellos por aclamación. El poder político de los sindicatos de la CGT está en la personería gremial que es un acto administrativo de la autoridad laboral. En este caso la Secretaría de Trabajo. 

La personería gremial es una institución que estableció Perón, en su primer gobierno, para organizar al movimiento obrero por la senda del crecimiento económico. No para perjudicar a los trabajadores más vulnerables que son informales. Que además son la mayoría.


Por eso, hay que modernizar el instituto laboral de la personería gremial porque hoy está sirviendo sólo para el abuso y para hacer daño. No para el desarrollo social como lo pensaba el General.

Te puede interesar
Lo más visto