
Por consenso, se eligió a Martín Rappallini para conducir la central fabril por los próximos dos años.
"Las clases sociales ya no se ven como son sino que se construyen por preconceptos. Una clase alta ya no ve a una clase media o una clase baja. Ya no hay lugares comunes, como antes eran las plazas, las canchas. No se cruzan", dice Moiguer.
ECONOMIA21/04/2025El experimentado consultor Fernando Moiguer, experto en consumo, estrategias de marcas y tendencias sociales, estuvo en La Repregunta, el programa de Luciana Vázquez en La Nación y dejó definiciones muy interesantes sobre la Argentina actual, las pautas de consumo, las percepciones y las estrategias comerciales de las marcas.
A continuación, sus frases más relevantes:
En 2004, el 94% de la población decía que era de clase media. Todos sabemos que no es así.
En la Argentina ser rico es mala palabra y es estigmatizante. El rico se esconde en ser clase media, y el pobre siente que va camino a ser clase media y empieza a tener pautas de consumo, de vida, de valores, de lecturas incluso de clase media. Todos somos clase media. Clase media es un buen lugar para esconderse. Si decís "soy clase media", no tenés problema.
Hoy, 74% de los argentinos se autodefine de clase media.
Esa autopercepción bajó 20 puntos, pero igual es alta: corresponde a las tres cuartas partes del país.
Cuando hacemos una pregunta mucho más ácida a los mismos argentinos que en 74% se reconocen de clase media. Le planteamos que elija entre clase alta, media, baja, y en ese caso, la identificación con clase media cae al 46%. Es decir, la clase media pasa del 94% en 2004 al 46% veinte años después.
Este Gobierno habilita a la clase media alta a que la riqueza no es estigmatizante. Vamos a encontrar gente que empieza a reconocer "ser rico", algo que antes no se decía. Eso está pasando en el mundo pero en la Argentina, es muy fuerte, pasa más. Y eso tiene consecuencias tremendamente enormes.
La clase media baja, lo que llamamos técnicamente el C3, esa clase media baja que viene de pelearla todo el tiempo, está en un bordecito: hay una devaluación y es clase baja y hoy baja la inflación y es clase media. Está con la nariz apenas fuera del agua y el río le sube y le baja todo el tiempo. Empieza a descubrir que nunca va a crecer.
Técnicamente, ese C3, esa clase media baja de empleados del Estado, maestros, bomberos, policía, personal de salud, son todos los que están viviendo una caída de su salario que no pareciera que se detenga los próximos años.
Tiene valores culturales de clase media y bolsillo de pobre. Ese sector descubre que nunca va a ser clase media.
Una de las primeras conclusiones que obtenemos de esta clase media, cuando le preguntamos a ellos, es que están desparametrizados: la clase media ya no sabe qué es ser clase media.
Si estás en una compañía que ajusta los salarios, si estás en blanco, vas camino a la clase media. Si no, no, porque no es lo mismo.
Otro parámetro son los electrodomésticos que hay en el hogar: si tengo microondas, freezer, bienes muy concretos, televisor color, computadora. Eso definía a la clase media: tenía eso o estaba por tenerlo con un plan de cuotas. También vacaciones, y alguna en el exterior, aunque sea un touch and go, un Brasil, un Uruguay, ya formaba parte de esos valores. Todo eso se cayó, todo eso se perdió. Hoy hasta podés viajar y no ser clase media. Se dan contradicciones muy interesantes, en los jóvenes en especial porque no consumen un montón de cosas pero queman unos dólares en el viaje.
Un país sin futuro no se construye como país. Esta clase media no ve futuro. El país sí empieza a ver un futuro que durante varios años no vio.
Aunque el 40% de los jóvenes de clase media tiene mayor educación que sus padres, no se movieron socialmente. Es muy interesante que el valor de educación pública y salud públicas sigue siendo un valor de la clase media, pero no es factor de movilidad.
Nuestro país está cambiando de modo económico. Lo que conocemos como Argentina y lo que el mundo conoce como Argentina es una versión reducida de la Argentina. Históricamente, lo que se conoce como la Argentina es un corredor que arranca en el puerto, en Buenos Aires; se hace un poquito más ancho en Rosario, Villa Constitución; se hace todavía más ancho en Córdoba, Río Cuarto, y se hace finito en Mendoza. Ese corredor es lo que históricamente se llama Argentina. ¿Por qué lo digo así? Contiene al 85% de la población económicamente activa, 90% del PBI, el agro, 90 y pico por ciento de las telecomunicaciones: salís de ahí y no tenés señal. Eso que se conoce como la Argentina funcionaba por el excedente del agro que iba a pagar la sustitución de importaciones industriales. Todo este corredor agro agroindustrial hoy paga el conurbano. Ese modelo no camina más: está vigente y es real, pero no permite avanzar. Hace trece años que no crecemos, y buscamos por distintos caminos. A la par de ese modelo, empieza a aparecer un modelo vertical extractivo al cual nos negamos siempre. Comienza en Jujuy con el litio y el cobre, sigue en Salta, Catamarca, San Juan, Mendoza y Neuquén, sinónimo de petróleo.
Esas zonas empiezan a tener una expectativa de que le va a ir bien a toda la población. Y la clase media tiene expectativas de que le va a ir bien, aunque en el promedio nacional no terminan de pesar por peso poblacional.
En estas ciudades, empiezan a construirse estos focos que dan vida, que tienen perspectivas, que generan consumo, a lo cual le tengo que agregar un efecto adverso. Como en este modelo no hay un pensamiento de cómo se va a distribuir el excedente, estas ciudades también corren el riesgo de conurbanizarse.
La gente no se va de esas provincias al Buenos Aires industrial, como fue con las migraciones internas. Ahora se quedan en las provincias porque Buenos Aires no es oferente. Hace unas semanas, el intendente de Neuquén decía que su principal preocupación es el conurbano de Neuquén. En Mendoza hay preocupación. No estoy contando algo que va a pasar. Y hay una frase muy tremenda que vale la pena pensar. Es esta idea: en el mundo, nadie desarmó un conurbano una vez que se armó. No lo resolvieron en la India, no lo resolvieron los brasileros, y me refiero a gente que tiene 60 o 70 años de reflexión al respecto, de talento. Hasta acá, una vez que se arma un conurbano, no se puede desarmar.
La reconversión de todo el área metropolitana no entra: los talleres de San Martín, de Ballester, de Barracas, todo lo que nosotros conocimos, que alimentaba a esa clase media laboriosa de estos inmigrantes cuyo hijos iban a las universidades, y que siguen yendo hoy a las universidades, no tiene modelo alternativo, y ya lo están viviendo.
En 2020, al inicio de la pandemia, había 400.000 personas inscriptas en la Bolsa de Valores. Hoy hay 12 millones.
El mood hoy es 'desarmame este país que no me deja vivir', es el pacto que sostiene hoy la propuesta 'y yo después me las arreglo solo'. Cuando llegue ese momento, el pibe no se la van a arreglar solo pero hoy esa es la creencia. ¿Por qué? Porque falló la creencia de "todos juntos salimos", realmente falló. Tenemos que leerlo desde ahí.
No cree que el camino sea estudiar o capacitarse, aunque estudia y se capacita porque sigue todavía con inercia. Los jóvenes son los que están sosteniendo el humor social. Estos jóvenes construyeron un pacto: desarmae este país que no me deja vivir, que está totalmente trancado, y la palabra "tranca" es muy habitual, es algo que dicen, y yo me las arreglo solo porque la salida de todos juntos no funcionó. Ven que sus padres apostaron y se les fue la vida y no funcionó. Y están los padres muy mal e, incluso, tienen que sostener a los jóvenes. Una vez que esto se desarme, probablemente los jóvenes solos no puedan salir porque no es fácil, pero hoy están en esa creencia. Entonces salen o creen salir por otros mecanismos. En 2020, al inicio de la pandemia, había 400.000 personas inscriptas en la Bolsa de Valores. Hoy hay 12 millones.
En 2024 todos ganaron plata, no importa lo que hayan hecho: se sintieron todos genios. Y hoy hay un efecto pobreza, no importa lo que hayan hecho.
Los jóvenes se metieron en cripto y era todo un lenguaje y una lógica. Esa es la salida individual. La salida individual es el emprendedurismo chiquito: las redes, Instagram, YouTube. Esto pasa en general.
Es un símbolo positivo que la educación financiera haya crecido. En prepandemia, nosotros hicimos estudios para bancos muy relevantes: había un vacío de educación financiera enorme. El año pasado, hicimos un estudio para otro banco muy relevante y la educación financiera cubría todo. Me refiero a la educación de los pibes que aprendieron solos en las redes. No hubo una educación formal y alguien que explicara. Eso es un signo muy positivo.
Somos muy parecidos a los viejos países de la ex Unión Soviética: el valor de la cultura era un valor, la educación era un valor, tenían salud de acceso irrestricto y bolsillo de pobre. Hay pautas de consumo idénticas a nuestra lógica en Polonia, Hungría, Bulgaria. Cuanto más cerca de Europa Central, menos ocurre esto. Cuanto más cerca de Rusia, más ocurre.
Salvo el núcleo duro de sostén de Milei y de Karina, el resto de esta adscripción de gente que hoy dice "estoy bien o la paso mal pero quiero que esto siga", que es mucha gente porque baja 3 o 4 punto pero se mantiene, y es maravilloso cómo aguanta ese número, no tiene una descripción ideológica ni de identificación. Pero los Milei sí los representa y le dan el espacio, pero no es que apoyan porque se sienten identificados por ese camino. Milei y Karina son eso, son ellos, por lo tanto los entienden. Vienen de esa capa pero no es que el que apoya cree que si sigue ese camino, va a lograr algo. La idea sí es: me están habilitando para que yo pueda hacer lo que quiera. Es un pacto un poco más lábil. Hoy son ellos, Milei y Karina, y mañana podrían ser otros si estos no dan respuesta. Hay que ver cómo sigue la película pero hasta ahora, no es cómo se construyó el radicalismo, el peronismo e incluso el PRO. Es una relación mucho más distante.
La clase media argentina define sus consumos por la expectativa de cómo le va a ir no por cómo está hoy. La Argentina tiene tantas crisis que no define por cómo está hoy sino cómo cree que va a estar: si cree que va a estar peor, restringe y si cree que vas a estar mejor, expande. De noviembre a enero, por tomar el último período entre fin de 2024 e inicio de 2025, se creía que íbamos a estar mejor y hubo crecimientos de consumo enormes y el PBI creciendo arriba del 5,5%. Y hoy empieza a haber un escozor, con índices de inflación que empiezan a crecer.
Empieza a haber dos clases medias. Siempre había una, y ahora hay dos: la que se cree rica y la que siente que nunca va a ser clase media, y en el consumo masivo hay que trabajar con las dos. Ya hay marcas que lo están haciendo fantásticamente bien. Ya no alcanza con poner una marca y después: me va mejor, crece el volumen o me va un poco peor, baja el volumen. Hay que trabajar con una sola fábrica, pero con dos lógicas distintas. Al que puede trabajar con dos lógicas distintas le está yendo fantásticamente bien. Al que trabaja con una sola, le está yendo mal. En la Argentina, los promedios dejan de existir. Hay supermercados que con su sola marca saben trabajar todas las clases sociales y les está yendo fantásticamente bien: son los que la gente considera más cercanos. Les va muy bien en su balance.
El humor social siempre se definió por el área metropolitana pero ahora deja de definirse a partir de ahí. Tenemos que mirar qué está pasando en Córdoba, Rosario, Salta, porque eso está influyendo enormemente. Hay polos que vienen de estar muy bien y crecen mucho. El humor social del AMBA va a ser cada vez más depresivo.
Las clases sociales ya no se ven como son sino que se construyen por preconceptos. Una clase alta ya no ve a una clase media o una clase baja. Ya no hay lugares comunes, como antes eran las plazas, las canchas. No se cruzan. Empieza a dominar el preconcepto sobre el otro en una sociedad que hasta acá había sido inclusiva. No sabemos cuál inclusiva va a seguir siendo en el futuro.
Por consenso, se eligió a Martín Rappallini para conducir la central fabril por los próximos dos años.
Fuerte caída de Bolsa de Nueva York por la presión de Trump a Powell
La nueva serie de bonos se anunció para ordenar pasivos financieros heredados. Serán por US$ 3.000 millones. Además, inversores del exterior que ingresen a comprar activos en el mercado local podrán ir al mercado cambiario para salir de sus posiciones pero deberán permanecer al menos 6 meses
Luego del fin del cepo anunciado el viernes pasado, los bancos realizaron un fuerte ajuste en sus tasas de interés para plazos fijos.
El economista Carlos Melconian asegura que "murió el plan aguantar" y advierte sobre los desafíos inflacionarios en la nueva política económica.
Tras una larga negociación que siempre fue respaldada por la administración Trump, el directorio del Fondo dará luz verde a un crédito de Facilidades Extendidas a favor de la Argentina que implicará metas vinculadas al tipo de cambio, la emisión monetaria, el déficit fiscal y las tenencias netas del BCRA
El economista Carlos Melconian asegura que "murió el plan aguantar" y advierte sobre los desafíos inflacionarios en la nueva política económica.
Aunque las nuevas generaciones —Millennials y Generación Z— traen consigo habilidades envidiables en tecnología, análisis y creatividad, suelen enfrentarse a dos grandes desafíos cuando intentan asumir el legado de sus predecesores:
Según la metodología del FMI, las reservas netas de divisas se sitúan actualmente en US$ 6.400 millones en negativo y deben alcanzar los - US$ 500 millones para finales del 25 de junio.
Luego del fin del cepo anunciado el viernes pasado, los bancos realizaron un fuerte ajuste en sus tasas de interés para plazos fijos.
El Central sostiene que "estas inversiones requerirán un período mínimo de permanencia de 6 meses, que deberá ser verificado por la entidad financiera que concrete la operación de ingreso"
"Haber podido conocerlo en su bondad y sabiduría fue un verdadero honor para mí", aseguró el Presidente en X
La osadía hizo que la brecha virtualmente desapareciera y que el dólar ahora se vaya debajo de los $1.200 y termine en $1.135.
Andrés Graziosi llega al gigante de los alimentos con dos décadas de experiencia en la suiza Novartis
"Las clases sociales ya no se ven como son sino que se construyen por preconceptos. Una clase alta ya no ve a una clase media o una clase baja. Ya no hay lugares comunes, como antes eran las plazas, las canchas. No se cruzan", dice Moiguer.
En medio de una gran confusión, siguieron los efectos secundarios por la salida parcial del cepo. Los dólares libres se hundieron, tanto los oficiales como los libres.