
Julio terminó de la peor manera. El dólar pegó un salto y las tasas de interés se ubicaron en el nivel más alto de los últimos doce meses. Los títulos argentinos no se vieron afectados. Los bonos subieron y bajó el riesgo. La Bolsa local se sostuvo, pero cayeron los ADR argentinos.

Con edificios en obra, respaldo político transversal y fecha clave en 2028, +Colonia se proyecta como la "smart city" líder de la región.

Bausili sigue moviendo clavijas para arreglar el caos provocado por el fin de las Lefi. Esta vez subió de 30% a 40% los encajes, secó más a los bancos y subieron otro poco las tasas de interés. Frente a eso, los dólares oficiales y financieros subieron algo más, pero con un ritmo menor al de los últimos días. El BCRA sumó reservas. Los bonos y las acciones siguen sin fuerza, con tensión en Wall Street por menor empleo en EE.UU. y chispazos con Rusia.

Milei dice que septiembre es el techo del kirchnerismo y promete una "paliza" en octubre.

El ingreso disponible mejora en el AMBA, pero la mora en préstamos personales y tarjetas se dispara. ¿Alcanza con sueldos en alza si no hay crédito?

Para todo el año, se proyecta un desequilibrio en torno a los US$ 6.000 millones.

Mientras el Gobierno no termina de salir de la crisis de la semana pasada, la Cámara de Diputados votó un nuevo gasto que de cumplirse convertiría el superávit fiscal en déficit. Esto seguramente obligará a Milei a lanzar otro veto, en medio de la campaña electoral. Los dólares bajaron, las acciones y los bonos subieron, y el riesgo país cedió. El mercado observa, un mes de las urnas bonaerenses.

El éxodo de grandes petroleras, ventas millonarias y quiebras sacuden Vaca Muerta, donde la baja del crudo y las deudas reescriben el mapa energético argentino.

El ministro de Economía desafió la lógica inflacionaria, cuestionó la falta de competencia y lanzó un mensaje directo a los formadores de precios tras la suba del dólar.

En un año marcado por la volatilidad, la inflación persistente y diversos ajustes económicos, muchos argentinos vuelven a considerar una alternativa clásica para proteger su capital: invertir en bonos.