
El dólar mayorista cerró en $1.436. El volumen operado se redujo a US$ 410 millones. El billete BNA también acompañó la tendencia bajista, recortando $35 y cerrando para la venta en $1.460.
Antes de la emisión del BONTE 2030, cualquier persona que trabaja en finanzas les hubiera dicho que era imposible que se abriera el mercado internacional de crédito para el soberano antes de las elecciones de medio término.
FINANZAS03/06/2025
El pasado miércoles el Gobierno volvió a los mercados internacionales de crédito con la emisión de un bono en pesos a tasa fija a cinco años con una opción de venta (put) a dos. En la jerga, el flamante instrumento es conocido como el BONTE 2030. La colocación fue un éxito rotundo. El Gobierno adjudicó el monto máximo de emisión de US$ 1.000 millones, tras recibir ofertas por US$1.694 millones. Así, no sólo se convirtió en la primera emisión soberana internacional en la administración Milei, sino desde principios de 2018, previo a que estallara la crisis de Sudden Stop en la gestión Macri.
El hito trae reminiscencias de 2016. En octubre de aquel año, el Gobierno logró que se suscribieran varios títulos en pesos con dólares, consiguiendo casi US$6.800 millones de financiamiento. Quien vio la película completa, sabe que los BONTE emitidos por la administración Macri significaron grandes pérdidas para los inversores offshore. Por eso, si bien al mercado local le sorprendió que el cupón cortara en 29,5% TNA, dado que las estimaciones no superaban el 25%, el escepticismo de los inversores internacionales es entendible.
"Compran" la historia de normalización de la macro -sino no se colocarían a un bono en pesos a cinco años-, pero todavía tienen latente el recuerdo de 2016, cuando apostaron por una Argentina "convergiendo" que finalmente no tuvo lugar por la crisis de Sudden Stop en 2018 y la derrota de Macri en 2019.
Lo que el mercado local analiza es que, con un cupón del 29,5%, el BONTE 2030 tiene implícito una inflación de 19,8% anual medido contra el TX31, lo que luce un poco elevado. A modo de referencia, el REM de abril, el cual posiblemente se ajuste a la baja en mayo tras el print de abril de 2,8% (estaba parado en 3,2%), esperaba una inflación de 18% en 2026 y 10% en 2027. Mirándolo desde otra perspectiva, la inflación breakeven mensual promedio sería de 1,5% hasta 2030, cuando hoy ya estaría viajando al 2% mensual o menos, en base a los relevamientos de alta frecuencia. Por eso, en un escenario en que la desinflación se extienda y el tipo de cambio permanezca contenido, el BONTE 2030 presenta un alto potencial.
Si bien el umbral de inflación parece fácilmente alcanzable en el contexto actual, con una depreciación nominal implícita de 17,1% anual medido contra el GD30, el BONTE descuenta un tipo de cambio real de $1.023 para mayo de 2030. Este nivel históricamente bajo -en mínimos post la Convertibilidad- podría haber influido en la valuación del instrumento. Es decir, si bien el mercado tenía en precios una apreciación real de 2,3% anual hasta 2030, los inversores no residentes que suscribieron este bono podrían tener una visión distinta, incluso esperando que haya depreciación real. Esto podría explicar porque descuentan una inflación más alta de lo esperado por el REM y el mercado local.
Más allá de esto, la emisión del BONTE 2030 abrió una nueva puerta: la posibilidad de refinanciar los vencimientos de los Globales y Bonares con acceso al mercado internacional. Quedó demostrado que hay apetito por riesgo argentino, cuando el premio es suficiente. El 9 de julio hay que pagar un poco más de US$4.300 millones de bonos soberanos en dólares, de los cuales US$ 2.800 millones son vencimientos de capital y US$1.500 millones de intereses. Hasta entonces, hay programadas tres licitaciones del Tesoro: el 13 de junio, el 25 de junio y el 7 de julio. El Gobierno podría volver a ofrecer BONTES que se suscriban con dólares, de forma tal de conseguir las divisas para repagar la totalidad del capital de los Globales y Bonares y parte de los intereses.
Con el primer paso allanado en los mercados internacionales, el incumplimiento de la meta de reservas en este trimestre, que ya se da por hecho, pasaría a segundo plano. Sin acceso a los mercados de créditos, la acumulación de reservas es mucho más importante para los inversores, ya que define la capacidad de repago de un país. En cambio, con acceso a los mercados, Argentina podría refinanciar sus compromisos de deuda, tal como lo hace la mayoría de los países de la región y del mundo. Lo de esta semana sería solo el trailer de lo que podría venir. En tal caso, la sostenibilidad del perfil de deuda comenzará a ser el punto clave a monitorear más que la acumulación de reservas.
Con respecto a la meta de reservas, en el escenario base del equipo económico, habría que acumular alrededor de US$ 4.000 millones antes del 13 de junio para cumplirla, incluso considerando la colocación de US$ 1.000 millones del BONTE 2030. Ni siquiera se alcanzaría con una emisión masiva de BONTE, como las realizadas en octubre 2016, ya que la próxima licitación liquidará recién el 18 de junio. Según trascendidos en la prensa, el Board del FMI postergaría la primera revisión del acuerdo de fines de junio a julio o agosto para ver si el Gobierno se acerca más al número de reservas. La clave serían nuevas emisiones de deuda.
Tal vez la pregunta relevante para hacerse es por qué el Gobierno optó por adquirir reservas a través de colocar deuda con el riesgo país en niveles aún elevados en vez de comprar dólares dentro de la banda a un tipo de cambio real históricamente bajo. Cabe recordar que, dado que el rollover de la licitación de esta semana fue de 100% de los vencimientos, la colocación del BONTE fue una forma de adquirir divisas dentro de la banda, ya que la base monetaria se expandió $1,15 billones para obtener US$ 1.000 millones de financiamiento. Es decir, el efecto monetario fue el mismo que si el BCRA hubiera adquirido las divisas en el mercado oficial de cambios. Dar la señal de que el mercado cree que esta vez es diferente habría pesado más que comprar dólares "baratos".
Antes de la emisión del BONTE 2030, cualquier persona que trabaja en finanzas les hubiera dicho que era imposible que se abriera el mercado internacional de crédito para el soberano antes de las elecciones de medio término. Si hay algo que no queda duda después de casi un año y medio de gestión es que el Gobierno no deja de sorprender con lo que consigue. La coronación de gloria se dio con el regreso de Argentina a los mercados internacionales de crédito.

El dólar mayorista cerró en $1.436. El volumen operado se redujo a US$ 410 millones. El billete BNA también acompañó la tendencia bajista, recortando $35 y cerrando para la venta en $1.460.

El BCRA comienza a desactivar el apretón monetario: reducirá los encajes bancarios y comprará bonos en pesos para apuntalar el nivel de actividad.

Todos los activos argentinos anotaron fuertes subas.

El petróleo subió 5% por sanciones a empresas rusas.

La integración permitirá a freelancers, trabajadores remotos y creadores de contenido repatriar ingresos desde una cuenta en EE.UU. hacia Santander Argentina, sumar historial financiero local y operar dentro del sistema bancario formal.

Sin venta de dólares en el mercado local, pero ya firmando un acuerdo de estabilización cambiaria por US$ 20.000 millones, Scott Bessent tampoco pudo frenar la generalizada huida del peso que están realizando los argentinos.

En un día por demás complejo, Scott Bessent dijo que se está trabajando en una ayuda de US$ 40.000 millones para apoyar a Argentina. Pero, asustados por la elección, los ahorristas locales quieren dólares, no piensan en otra cosa. Caen los depósitos en pesos y los bancos tienen que subir las tasas. Los dólares oficiales y el blue subieron, con un BCRA que volvió a perder reservas. La licitación quedó corta y los bonos aguantaron. La Bolsa, en cambio, subió, con buen día para las ADR. Afuera hay huida hacia los metales preciosos.

Cuando todo estaba preparado para una gran fiesta, la reunión de Milei con Trump en la Casa Blanca no fue tan pomposa como se esperaba y, además, el líder republicano condicionó la ayuda de EE.UU. a Argentina a que Milei gane la elección, sin especificar si se trata de la del 26 de octubre o la presidencial de 2027. El mercado se asustó, la gente aumentó su compra de dólares, todas las cotizaciones subieron. El BCRA perdió reservas. Los bonos y las acciones bajaron. Todo en una volatilidad notable, que refleja la fragilidad del momento.

El desvío estándar de los retornos de las últimas veinte ruedas cerró ayer en 89% anualizado, tras haber alcanzado el 100% hace apenas diez días.

En la 2° edición del "Premio a la Innovación con Impacto", Cresium, una propuesta fintech B2B, que ofrece cuentas digitales para PyMEs, se consagró ganadora y recibió un aporte de US$ 10.000.

El rescate de EEUU tiene que servir para blindar al Gobierno no solo hasta el 26 O, sino para el día después.

El "Monitor Corporativo 2T25" de Adcap destaca oportunidades defensivas en YPF, Pampa Energía y TGS, con foco en emisores con liquidez y vencimientos equilibrados.

Sin garantías claras, los bancos como JPMorgan y Goldman Sachs no avanzan con el préstamo de US$ 20.000 millones a Argentina. El Tesoro, clave en la negociación.

Cencosud decidió no seguir en la puja por Carrefour Argentina. Mientras tanto, un empresario local con apoyo externo se suma a la lista de interesados.
Banco Supervielle y otros títulos del sector financiero encabezan la escalada de precios de los ADR argentinos en Wall Street. El S&P Merval se acerca a los 2.500.000 puntos. Los bonos en dólares ascienden hasta 25% en una rueda histórica

El informe "Milei's Midterm Mojo" de BofA destaca un escenario político inesperado y favorable, con efecto en el dólar, las tasas y la confianza del mercado.

Todos los activos argentinos anotaron fuertes subas.

La mayor mejora se observó en el sector privado no registrado.

El BCRA comienza a desactivar el apretón monetario: reducirá los encajes bancarios y comprará bonos en pesos para apuntalar el nivel de actividad.

La fintech argentina anunció el recorte del 8% de su plantilla regional. Asegura que es por eficiencia, pero el contexto económico también pesa.

El dólar mayorista cerró en $1.436. El volumen operado se redujo a US$ 410 millones. El billete BNA también acompañó la tendencia bajista, recortando $35 y cerrando para la venta en $1.460.

El nuevo esquema simplificado de Ganancias incorpora rentas extranjeras. Menos trámites, sin declarar consumos ni patrimonio. Qué tipo de ingresos abarca.